Dar el biberón como si fuera el pecho 2022-07-15T17:54:34+00:00

Dar el biberón como si fuera el pecho

Tanto si das un biberón ocasional como si haces lactancia mixta como si sólo alimentas a tu bebé con biberón, te proponemos que lo hagas lo más parecido posible a lo que es normal, a lo que el bebé biológicamente espera, que es el pecho.

 

  1. Proteger el vínculo

 

Recuerda que la nutrición del bebé va ligada a su relación íntima contigo, madre. Siempre que sea posible dale de comer tú, con calma, cómodos los dos, disfruta de mirarle y de tenerle. No tengas prisa por que acabe, como si fuese una toma de pecho, al ritmo del bebé.

 

  1. Favorecer su desarrollo neurológico

 

Las primeras semanas, ponte piel con piel, pega su mejilla a tu pecho mientras toma el biberón. El contacto estrecho favorece que se cree un ambiente oxitócico tanto en el cerebro del bebé como en el tuyo. A mitad de la toma, cámbiale de lado como si cambiaras de pecho; así ayudarás a que su desarrollo visual no sea preferentemente de un lado.

No es adecuado introducir el biberón en la boca sin más. Primero coloca al bebé junto a ti para que sepa que es el momento del pecho. Después, bien espera a que abra la boca buscando, o bien rózale la mejilla con la tetina, incluso mejor con tu pecho, para que se active el reflejo de búsqueda y abra la boca. Sólo entonces debes ponerle la tetina dentro de la boca.

 

  1. Ayúdale a gestionar la succión y la respiración

 

Para ello hay que controlar el flujo del biberón. Si das el biberón a la bebé tumbada en tu regazo tiene más dificultad para manejar el flujo, más riesgo de atragantamiento y más posibilidades de tener una otitis. Por lo tanto, coloca a tu bebé casi vertical, sentadita, con su cuerpo casi paralelo al tuyo. El biberón queda entonces horizontal y el flujo es algo menor.

La objeción típica a poner el biberón horizontal es que el bebé traga aire. Pero fijaros: cuando yo me meto en la boca una cuchara llena de sopa (es decir líquido + aire), el líquido me lo trago y el aire lo expulso por la nariz gracias al movimiento del velo del paladar…. a menos que tome las cucharadas muy rápido, en cuyo caso no me da tiempo a gestionar bien el asunto y trago sopa y aire. Entonces la clave no es que no haya aire en la tetina, sino que el bebé tenga tiempo y calma para gestionar la deglución de forma adecuada.

Una técnica muy útil es marcar el paso (paced feeding o método Kassing). Con este método intentamos imitar los flujos cambiantes del pecho y sobre todo responder a la necesidad de respiración pausada y de gestión del líquido que tiene nuestro bebé.

Aquí puedes ver un vídeo:

Alimentar con biberón al ritmo del bebé, por The Milk Mob

 

  1. Ayúdale a regular su propio apetito

 

Si estás sólo con fórmula, ofrécele el biberón cuando te parezca que puede tener hambre, sin que llegue a tener que llorar para pedírtelo. No le fuerces nunca a que se termine la cantidad que le has preparado. Si se va adormilando no le despiertes para que termine, ni agites la tetina dentro de su boca ni hagas ninguna de esas maniobras molestas que muchas veces enseñan, como mojarle la cara o pellizcarle los pies. Permítele que deje de comer cuando quiera. Si te pide un chupito una hora después, está bien dárselo. ¡Confiamos en el bebé!

Si te parece que no tiene hambre sino necesidad de consuelo, acúnalo en tus brazos y ofrécele que succione tu dedo o un chupete. Los bebés necesitan succionar para calmarse y sentirse bien; si tu bebé no tiene la opción del pecho, necesita realizar esa succión de confort en un chupete, pero siempre preferiblemente en tus brazos (como si fuese el pecho). ¡Te puedes coser el chupete al sujetador! De esta forma, tu bebé tendrá siempre consuelo en el contexto de tu cuerpo que es su hábitat natural.

 

Una vez más, se trata de criar a tu bebé de la forma que más favorezca el vínculo entre vosotros y su desarrollo psiconeurobiológico adecuado.

 

  1. Si es posible, ofrece a tu bebé leche materna extraída.

Este texto es un extracto del libro “Amar con los Brazos Abiertos”, de Carmela Baeza, Ed. Encuentro.